Como se esperaba, la Reserva Federal ha decidido aumentar los tipos de interés en 25 puntos básicos, situándolos en un rango entre el 5,25% y el 5,50%, niveles que no se veían desde hace 22 años. Los analistas ya habían anticipado esta decisión después de la pausa que el banco central estadounidense se había tomado en su reunión anterior. Ahora, la gran incógnita para los mercados es si esta será la última subida de tipos o si habrá otra antes de que termine el año.
En su comunicado, la Fed no especifica cuál será su próximo movimiento. Simplemente menciona que seguirá analizando los datos y su impacto en la política monetaria, en lugar de afirmar que se necesitan más aumentos, como suele hacer cuando se prevé una próxima subida. Esta incertidumbre es positiva para los mercados, ya que abre la posibilidad de que no haya cambios.
En la conferencia de prensa posterior, el presidente de la Fed ha enfatizado que quiere examinar detenidamente los nuevos datos porque “aún no se han visto los efectos completos del endurecimiento”. Powell explicó: “Hemos observado los efectos de las subidas en las partes más sensibles de la economía, pero aún llevará meses ver cómo afecta a la inflación. El comité tendrá en cuenta el retraso en los efectos de estas subidas”.
En la última reunión de junio, la Reserva Federal puso fin a un ciclo de diez subidas consecutivas, llevando los tipos desde casi el 0% hasta el 5,25%. Esta fue la racha más larga de aumentos en los últimos 40 años. Sin embargo, inmediatamente después, el presidente del banco central mencionó la necesidad de mantener los tipos altos e incluso de realizar dos nuevas subidas. Con los últimos datos de inflación y empleo, los inversores ya daban por sentado con un 100% de probabilidad un aumento en julio.
La siguiente duda es qué pasará en los próximos meses. Según el “dot plot” de junio de la Fed, en el que los miembros del banco central expresan sus previsiones sobre los tipos para finales de año, la mayoría aún espera otro aumento hasta el 5,50%-5,75%, pero hay división entre ellos.
Los datos más recientes de la inflación publicados en julio han sido favorables para el escenario restrictivo de la Fed. El IPC de junio registró su lectura más baja en 27 meses, situándose en el 3% en comparación con el 4% de mayo, estando muy cerca del objetivo del 2% de la Reserva Federal. Por otro lado, el IPC subyacente, que es el dato que más preocupa a Jerome Powell, también disminuyó considerablemente hasta alcanzar niveles mínimos de los últimos 27 meses, ubicándose en el 4,8%.
En cuanto al mercado laboral, se mantuvo resistente a pesar de una cierta desaceleración. Los últimos datos de la Oficina de Estadísticas Laborales mostraron la creación de 209.000 nuevos puestos de trabajo en junio, que aunque es la cifra más baja desde diciembre de 2020, representa prácticamente el pleno empleo en el país, con una tasa de desempleo del 3,6%, muy cerca de mínimos históricos. Al mismo tiempo, el informe reveló que los ingresos medios volvieron a acelerarse, pasando de un 4,3% interanual en mayo a un 4,4%.
“El puzle está empezando a encajar”
Durante la conferencia de prensa posterior a la decisión, Powell insistió en que el siguiente movimiento aún no está decidido. “Vamos reunión tras reunión”, afirmó. Además, dejó en claro que “los datos desde junio han sido consistentes, más o menos, con lo esperado, por lo que hemos decidido realizar una de las subidas. El IPC ha sido mejor de lo esperado y el crecimiento ha sido más alto de lo que esperábamos, así que seguiremos esperando antes de tomar otra decisión”.
Powell explicó que teme quedarse corto en este punto y que aunque “las piezas del puzle están empezando a encajar y hay datos positivos”, los datos indican que “no hemos tenido una política suficientemente restrictiva durante el tiempo necesario para estabilizar la inflación”.
Además de la inflación y un posible aumento de tipos, el presidente también comentó sobre otros temas, como la situación actual del mercado laboral. Powell calificó de “milagroso” que “haya sido posible reducir la inflación sin causar desempleo”. Sin embargo, señaló que “la teoría y la historia dicen que si se aumentan los tipos y se enfría la economía, debe haber algo de desempleo. Esperamos que sea lo mínimo posible”.
También se tomó un momento para hacer un análisis económico del éxito del lanzamiento de Barbie y de la gira de Taylor Swift. Powell celebró que esto sea un logro en la lucha contra la inflación sin dañar la economía. Sin embargo, matizó que “si el consumo sigue resistiendo y esto impide que los precios bajen, eso será un problema”.