El Reino Unido ha anunciado un aumento salarial del 6% para los funcionarios públicos, incluyendo a la policía, los militares, los profesores y los médicos. Estas subidas salariales serán financiadas mediante impuestos adicionales a los inmigrantes que ya residen o que solicitan trabajar en el país.
Esta medida llega después de meses de protestas y huelgas por parte de diversos grupos de trabajadores que exigen incrementos salariales acordes con la inflación. Una de las preocupaciones era la situación económica del país, con altas tasas de interés y un aumento de la pobreza en la población en general.
El primer ministro, Rishi Sunak, ha anunciado que la financiación de estas subidas implicará aumentar los costos de los visados de estudio y trabajo para los inmigrantes, así como también establecer un impuesto para aquellos extranjeros que utilicen los servicios de un hospital británico.
El resto de las subidas salariales se financiarán a través de recortes en otras áreas. Por ejemplo, se congelarán las contrataciones en el Ministerio de Defensa y se buscarán eficiencias en el presupuesto de Educación.
El año pasado, se aprobó una subida básica del 3,5% para todos los funcionarios, lo cual está lejos del 8,7% de inflación registrado en los últimos meses. A raíz de esta situación, se produjeron huelgas y protestas de varios grupos de trabajadores.
A pesar de que Sunak no planeaba ofrecer más aumentos salariales debido al riesgo de una escalada inflacionaria, la caída en las encuestas del Partido Conservador y la proximidad de tres elecciones parciales han llevado al Gobierno a ceder a las demandas de los funcionarios públicos.
Los sindicatos han considerado creíbles las promesas de aumento salarial y han pedido a los trabajadores públicos que cancelen las protestas planeadas.