Después de anunciar su renuncia a su escaño en el parlamento valenciano y aparentemente abandonar la política, Ruth Merino regresó a su puesto en la Agencia Tributaria durante unas pocas semanas. Ahora, esta castellonense se convertirá en la primera mujer consellera de Hacienda en la historia de la Generalitat Valenciana en el Gobierno de Carlos Mazón.
La nueva consellera, además de ser la portavoz de un Ejecutivo que deberá rendir cuentas de las políticas del Partido Popular (PP) y de Vox, tuvo la difícil tarea de reemplazar a Toni Cantó como portavoz de Ciudadanos en Les Corts Valencianes en un momento en que el partido se desmoronaba.
Merino tiene un perfil completamente distinto al del actor Cantó, que protagonizó series como “Siete Vidas” y abandonó Ciudadanos para unirse al PP en Madrid después de haber logrado que el partido obtuviese el tercer mayor número de escaños en el parlamento autonómico, con 18 asientos. En su trayectoria política, Merino destaca por ser liberal, especialmente en temas económicos y técnicos, lo cual es resultado de su formación en el departamento de Hacienda. “Me gusta todo lo que implique reducir el tamaño del estado y dar más libertad a las personas”, afirmó hace unos meses.
Su perfil difiere mucho del de Cantó, quien era mucho más mediático y utilizaba un tono político más estridente. Cantó podía tanto plantear acuerdos con Ximo Puig como criticar vehementemente sus pactos con Compromís y Podemos.
A pesar de que está lejos de tener el mismo nivel de popularidad que su predecesor, el actual presidente valenciano, Carlos Mazón, no dudó en fichar a Merino e incorporarla a su equipo para el programa económico del PP valenciano, a pesar de que ella no está afiliada al partido y apenas un mes después de su renuncia y dimisión en Ciudadanos. Mazón buscaba así mostrar una imagen de centro y moderada, a la que nuevamente ha recurrido para lidiar con las constantes críticas por pactar y gobernar con la extrema derecha de Vox.
Menos impuestos y tipos de interés más altos
Una de las tareas de Merino será implementar los planes de reducción de impuestos anunciados por Mazón. La exportavoz de Ciudadanos había criticado en gran medida la política fiscal del Gobierno de Puig y las elevadas cargas impositivas para empresas y ciudadanos.
Tendrá la responsabilidad de hacer realidad las promesas de Mazón de eliminar el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, el Impuesto de Patrimonio y hacer una reforma del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) que permita ahorrar hasta 1.000 millones de euros a los valencianos a corto plazo. Todo esto representa un desafío técnico importante para la funcionaria de la Agencia Tributaria.
Además, el gran reto será compensar la pérdida de ingresos que esto implicará para las arcas autonómicas. El propio PP estimaba esta cantidad en 1.750 millones de euros en su programa. Todo esto se suma a las dificultades adicionales, ya que los tipos de interés están subiendo en la comunidad autónoma con mayor deuda en relación al PIB de España, y Europa está volviendo a exigir estabilidad presupuestaria. La deuda valenciana supera los 55.000 millones de euros.
De hecho, gran parte de su éxito dependerá de los resultados de las próximas elecciones generales, ya que un Gobierno amigable en La Moncloa, es decir, que mantenga el apoyo financiero y, lo que sería casi un milagro a estas alturas, reforme el modelo de financiación autonómica para poner fin a la histórica infrafinanciación de la Comunidad Valenciana, facilitaría en gran medida su labor.
Árbitro de los presupuestos
A esto se suma la urgencia de elaborar el nuevo presupuesto autonómico de un Gobierno de coalición, donde cada partido querrá dejar en claro su cuota de poder y nadie estará dispuesto a renunciar a dinero. Merino tendrá que actuar como árbitro en esta negociación, al mismo tiempo que deberá ser la portavoz del Gobierno semanalmente.
Todo esto se llevará a cabo mientras se implementa una nueva herramienta informática de gestión económica que acumula retrasos y sobrecostos, y que se supone que debe ser la base para construir los primeros presupuestos del Ejecutivo de Mazón.