El think tank económico de CEOE, el Instituto de Estudios Económicos (IEE), avisa de que la incertidumbre política genera desconfianza y agrava la desaceleración económica prevista para este segundo trimestre. Pese a mejorar hasta el 2,2% el crecimiento del PIB por el mayor dinamismo previsto en la primera mitad de año, este incremento de la incertidumbre “influye negativamente en las decisiones y en la actividad”. En juego, unos Presupuestos complicados de cuadrar durante el presente ejercicio que deben definir una senda de ajuste fiscal que reclama Bruselas.
“Los Presupuestos Generales del Estado para 2024 se van a poder aprobar, en el mejor de los casos, con un fuerte retraso, y si se volvieran a incorporar subidas adicionales de impuestos, las expectativas y la desconfianza de los agentes se podría agravar aún más”, explican el presidente del IEE, Íñigo Fernández de Mesa, y su director general, Gregorio Izquierdo.
Sin Gobierno no hay proyecto reformista, así lo avalan los expertos. La ausencia de mayorías claras de Gobierno dificulta la implementación de las reformas estructurales necesarias para aumentar la competitividad, la productividad y el crecimiento potencial, explican. Fernández de Mesa ha instado a “que se eviten los extremos” de cara a la conformación del futuro Gobierno.

A ello se añade que el pragmatismo político en una legislatura sin mayoría amplia ni estabilidad echaría para atrás reformas ambiciosas que pudieran provocar algún coste político. “Lo que nuestra economía necesita es una mayor estabilidad y predictibilidad de la política económica, con un clima más favorable para las empresas que mejore la inversión y el empleo”, defienden los empresarios.
Así está la economía
Los indicadores de actividad de varios sectores empresariales, el empleo o la política monetaria afectan al conjunto de la economía. Tal y como destacan, la economía española se enfrenta a una coyuntura de corto plazo de incipiente ralentización económica.
El PIB crecerá un 2,2% de media este año, con una clara diferenciación entre el dinamismo de la primera mitad del año y las perores perspectivas hasta final del ejercicio que condicionarán a la baja el PIB de 2024 (1,5%).
La creación de empleo, según los datos de afiliación a la Seguridad Social, ha ralentizado su ritmo interanual de casi el 6% a algo más del 2%. Aunque la evolución del mercado laboral ha sido positiva, comienza a perder cadencia, según explican estos datos.
Lo que también explican los principales índices de actividad empresarial que mide el PMI de S&P Global es que la industria manufacturera lleva en negativo prácticamente todo el año, y los servicios también han frenado su crecimiento. Este termómetro mide también la previsión a futuro de las empresas.
También la debilidad del consumo privado, que se deja notar en la recaudación del IVA, resta potencial al crecimiento. Las previsiones del Instituto son de un avance del 0,1% este año.
Pese a todo, hay signos positivos evidentes. Los riesgos miran a la baja: la inflación general está bajando por la relajación de los costes de materias primas que tanto ha presionado, sobre todo por los productos energéticos, aunque la tasa subyacente (que excluye energía y alimentos sin elaborar) mantiene en alerta al BCE.
Tanto el turismo como el sector exterior son dos pilares sobre los que la economía española apuntalará la mayor parte del crecimiento de este año. La llegada de turistas alcanza los niveles previos a la pandemia, con un mayor gasto, y el saldo de ventas fuera del país mejora con consistencia.