Alberto Núñez Feijóo comenzó su campaña electoral viajando por toda España en busca del voto útil. Realizó mítines por la mañana y por la tarde todos los días, con el objetivo de ser el candidato que más se desplazara en busca del voto útil. Su estrategia consistía en apelar a que cada voto tuviera su reflejo en escaños, para facilitar la formación de una mayoría parlamentaria sólida y evitar depender demasiado de los apoyos de Vox. Un lema que se repetía en sus mítines era: “Puede que no seamos tu partido, pero en este momento somos la solución”.
Esta estrategia se centraba en las circunscripciones pequeñas donde se repartían pocos escaños, y había un escaño en juego debido a la división del voto de la derecha.
Higiene democrática
La parte más difícil de la campaña del PP fue tener que equilibrar la defensa del “acuerdo de higiene democrática” ofrecido a Pedro Sánchez, que consistía en permitir que gobernara la lista más votada, y los “pactos de geometría variable”. La sede del PP intentó cuadrar estas dos propuestas a pesar de que transmitían ideas opuestas.
Mientras Feijóo defendía que debía gobernar la lista más votada para evitar pactos con Vox, al mismo tiempo también proclamaba la posibilidad de acuerdos con Vox. Esta contradicción se hizo evidente en las encuestas, y el equipo de campaña del PP tuvo que esforzarse para aclarar la postura del partido y convencer de que Feijóo aspiraba a más que simplemente poner fin a las políticas de Pedro Sánchez.
Vox o la cuadratura del círculo
Desde el principio, había un debate sobre cómo considerar a Vox. ¿Era un partido peligroso, como opinaba María Guardiola, o una formación constitucionalista más, como sostenía Carlos Mazón? Las encuestas reflejaron rápidamente esta contradicción y el equipo de campaña del PP tuvo que esforzarse aún más para aclarar la posición del partido. Además, el PP presentó un programa electoral que incluía reformas de calado para devolver la neutralidad a las instituciones y medidas económicas dirigidas a la clase media.
Feijóo también aprovechó el “cara a cara” con Pedro Sánchez para desmontar sus argumentos y criticar su gestión económica de los últimos años. A pesar de cometer algunos errores en el debate, supo rentabilizar los errores de su oponente.
En resumen, la estrategia de Feijóo se basó en recorrer España en busca del voto útil, concentrándose en las circunscripciones pequeñas. Además, tuvo que equilibrar la defensa del “acuerdo de higiene democrática” y los “pactos de geometría variable”. También se debatió sobre la postura del partido respecto a Vox. A pesar de algunos errores, Feijóo logró desmontar los argumentos de Pedro Sánchez y rentabilizar los errores del presidente.